domingo, 18 de diciembre de 2011

CUENTO POR PARTES 5


EN BUSCA DE MI.
QUINTA PARTE.

Supere la barrera de la educación media y entre a la educación media superior.
Logre mi inscripción al bachilleres numero 7, para beneplácito de mi madre que ya para ese entonces había encontrado un trabajo de “planta” en una casa con una patrona rica que estaba feliz de pagar poco por todo el trabajo de un hogar  enorme y mi hermanita, mi pobre hermanita mayor que se sacrifico y solo estudio hasta la secundaria y entro a trabajar en una fabrica de plásticos para ayudar a mi madre y apoyarme, para que yo si fuera alguien en la vida, alguien que valiera, una gran mujer que obtuviera una licenciatura y porque no una maestría. Con su sueldo me daba para mis gastos escolares y alguna que otra ropita y zapatos, pobre hermanita mayor, a pesar de su belleza no se dejo arrastrar por la tentación de sus muchos pretendientes y se negó a casar y continúo apoyándonos. (¡Ay pobre Abel en tu destino siempre existirá un Caín¡).
Así me he pasado cuatro semestres salvando dificultades haciendo las tareas en los pasillos  aprobando exámenes, tratando de cumplir las expectativas de mi madre y de mi hermanita mayor. Te juro Ángeles que trate de no equivocarme, busque afanosamente sacar adelante el bachillerato.
Aquí es donde tuve mi gran error, el error que mis detractores estaban esperando para mandarme al cadalso. Comencé asistiendo a las fiestas que se organizaban los viernes al terminar la semana de clases (gracias a dios es viernes).
Era rico Ángeles, no te voy a mentir es rico tomarse unas cervezas, un tequila,  un brandy con hielo, escuchar música, bailar, compartir con los amigos, la platica entre jóvenes, el nulo temor a lo que viene.
Y así me fui dejando llevar, después vino el cigarro, el toque de mota, el activo, la coca, y todos los vicios nuevos que nacen de los vicios viejos, como cualquier hijo que hereda del padre no solo lo bueno sino también lo malo y lo peor de su estirpe. Como dijo Cervantes:” Desocupado lector, sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir a la orden de naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y así, ¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados por otro alguno, bien como quien se engendró  en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación? “.


CONTINUARA………………..,